Sándor. Amante de los videoclips noventeros, pasaba las horas fascinado frente a mi aparato de VHS recopilándolos en innumerables cintas y posteriormente editándolos con gran meticulosidad. Más adelante, conseguí en un mercadillo una cámara Hi8 medio estropeada y empecé a grabar todo lo que me rodeaba. En ese momento descubrí mi vocación y decidí estudiar cine, especializándome en montaje.
A partir de ahí, no paré de crear contenidos audiovisuales de la más variada índole. Asumiendo todos los papeles imaginables y experimentando con todo tipo de formatos, aprendí mucho, y sobre todo, me divertí. Hoy por hoy, me sigo sintiendo un privilegiado por tener un trabajo tan bonito, en el que comparto momentos únicos con las parejas y sus seres queridos, y del que sigo aprendiendo y disfrutando como nunca.